Tenía 94 años. Incansable militante de derechos humanos e integrante de Madres de Plaza de Mayo, puso su cuerpo en todas y cada una de las luchas de las últimas décadas; por eso la llamaban la «madre de todas las batallas».
Norita había nacido el 22 de marzo de 1930 y fue psicóloga social y profesora en la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. El 15 de abril de 1977 los militares secuestraron a su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas, estudiante de Ciencias Económicas de la UBA que militaba en la Juventud Peronista. Desde entonces, Norita no dejó nunca de buscarlo, ni tampoco de luchar.
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