En la sesión del Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) de este jueves, se aprobó el proyecto resolutivo de incorporación del lenguaje inclusivo para su utilización en todo tipo de producción académica-trabajos prácticos, exámenes parciales y finales, monografías, tesis, proyectos de extensión, etc.
La sesión se desarrolló durante la mañana de este jueves, a pesar del corte en el suministro de energía eléctrica que afectaba la zona del Campus de la UNNE en Resistencia y que obligó durante los últimos días a suspender todas las actividades académicas a las 18 horas.
El proyecto resolutivo fue impulsado por representantes de los alumnos en el Consejo Directivo y proponía la incorporación del lenguaje inclusivo para su utilización en todo tipo de producción académica-trabajos prácticos, exámenes parciales y finales, monografías, tesis, proyectos de extensión, etc.
El decano de la Facultad de Humanidades, Aldo Lineras, dio a conocer en la tarde de este jueves lo aprobado por el Consejo Directivo de la Casa de Estudios, oportunidad en la que explicó:
“En la sesión de hoy, 31 de octubre, el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades aprobó la utilización de lenguaje inclusivo para los textos académicos que circulan en su ámbito. Más allá del beneplácito que la situación me produce quiero compartir algunas reflexiones a modo de respuesta anticipada o de justificación personal por el acompañamiento a la iniciativa del claustro estudiantil.
En primer lugar hay que señalar que la norma establece como derecho la utilización de lenguaje inclusivo, no como obligación. Por ello tendremos en cuenta en las instancias de evaluación la opción del o la estudiante o del o la docente que decidan redactar sus textos haciendo uso de esta alternativa. Quienes no deseen utilizarlo, no están obligados a hacerlo.
Los principales fundamentos de la iniciativa radican en considerar al lenguaje como una realidad en la que se reflejan relaciones sociales, que pueden ser de desigualdad, discriminación, invisibilización. La utilización de distintos lenguajes, incluido, el verbal, da cuenta de relaciones de poder naturalizadas y que contribuyen a sostener situaciones de injusticia e inequidad. La deconstrucción de las estructuras patriarcales en nuestras relaciones supone cuestionar la utilización del masculino como inclusor de otro/s género/s en su forma singular o plural, por ejemplo.
En 1999, la Organización de las Naciones Unidas publicó en sus “Recomendaciones para uso no sexista del lenguaje” la sugerencia de utilizar formas que eviten el sexismo a partir de naturalizar un producto de naturaleza evidentemente social.
Entendemos perfectamente el papel regulador de la Real Academia Española. En especial el de mantener cierto equilibrio en el desarrollo de las formas lingüísticas en una comunidad de tamaña diversidad y dispersión geográfica. Sin embargo, es importante saber que además de la utilización del lenguaje inclusivo, la Academia sugiere la utilización de signos de puntuación (coma, punto y coma, punto seguido y aparte, dos puntos, puntos suspensivos), signos auxiliares (interrogación y exclamación, de apertura y cierre), uso de mayúsculas y minúsculas, uso de tildes, correcto uso de b/v, g/j, ll /y, s/c/z; régimen preposicional, por nombrar solo algunas de las complejas normas del uso correcto del idioma cuyo uso aconsejamos. La violación deliberada de las normas y recomendaciones es una conducta lingüística ampliamente difundida en nuestros usos pues los hablantes suelen priorizar la adecuación a la corrección para ser más efectivos en los efectos comunicativos (¿se imaginan calificando de ‘injusto’ a un fallo arbitral erróneo en una cancha de fútbol?).
Es lo que se suele llamar registro. Permitir lenguaje inclusivo en textos académicos es desafiar los límites de la adecuación y, a mi entender, debe suponer un conocimiento de la norma que es transgredida pues su valor fundamental radica en la resistencia a naturalizar en el lenguaje una situación social que se quiere cambiar. No es una falta cometida por ignorancia sino un error intencional como lanzadera de cambio. No quiero agredir ni ser demasiado irónico, pero adoraría ver el mismo énfasis de resistencia que genera el desapego a lo dictaminado por la RAE con respecto al lenguaje inclusivo en el uso de algunos de los elementos ortográficos que señalé antes.
Aunque los lingüistas lo saben, la mayoría de la gente no es consciente del cambio del lenguaje. La lengua no es ininmutable. Va variando a lo largo de los siglos, a veces por adaptaciones del sistema lingüístico, a veces por el uso que hacemos de él. No sabemos si el lenguaje inclusivo se afianzará y quedará permanente en el uso o con el tiempo, se desdibujará y caerá en el olvido. Las prácticas y el tiempo lo dirán.
Lo aprobado en Humanidades hoy no es original. El proceso se ha iniciado hace tiempo en la Argentina y hay desde facultades hasta universidades que, con diversos matices, proponen su utilización. Facultades de la Universidad de Buenos Aires, de la Universidad Nacional de Rosario, Córdoba, La Plata, Río Negro, o bien incluyen la obligación de usar lenguaje no sexista o bien recomiendan la aceptación del lenguaje inclusivo como un derecho de docentes y estudiantes. En el siguiente link (que no está completo) se pueden apreciar una sistematización.
Una comunidad educativa, cuya opinión nunca es homogénea, se expresa a través de sus representantes en un lugar y momento específico. El Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades analiza y produce unos 850 expedientes al año. Representantes de los claustros estudiantil, docente, no docente y de graduados dedican, por lo menos, una jornada semanal a tratar una diversidad de temas que incluye designaciones docentes, usos de recursos, actividades de extensión, investigación, posgrado y resuelven situaciones emergentes, en carácter totalmente ad honorem. Es preciso destacar que todos los temas revisten importancia. Este enorme gesto, a mi entender, también.
Para ir terminando, es indispensable explicitar que todo espacio académico es un campo de debate y de pujas por las interpretaciones de la realidad. Esta resolución del Consejo Directivo de Humanidades se orienta a acompañar la conquista de más derechos a la hora de escribir y manifestarse, a visibilizar la enorme lucha de las mujeres y de minorías por alcanzar igualdad y hacer cesar la violencia innegable que se ejerce sobre ellas. El lenguaje no es una herramienta estéril y su uso denota posiciones en esta tarea. La universidad no es solo un mecanismo de reproducción de lo dado (aunque muchas veces funcionemos así), también tiene la misión histórica de cuestionar, de propiciar el cambio, de imaginar otras relaciones, otras sociedades.
Tengo un argumento más a favor de lo que hoy aprobamos: para comprender mejor un texto, en la mayoría de los casos, es más relevante el uso correcto de la coma o el punto, antes que la ‘e’ del nosotres, que tanto mortifica a algunes.
Parecerá poco el aporte, pero es para sumar. Acá esperamos expectantes sus opiniones e ideas de buena onda. Nosotres orgulloses.