La masacre de Napalpí forma parte del holocausto que el Estado argentino cometió contra los pueblos originarios a lo largo de todo el territorio nacional entre el siglo XIX y principios del XX y cuyas consecuencias se observan hasta el día de hoy.
El ataque a las comunidades aborígenes sigue repercutiendo en forma de olvido, falta de oportunidades, desigualdad social y por el reconocimiento histórico que hasta el momento no se logra. En Colonia Aborigen y según los mismos pobladores, sus familiares no comentaban lo sucedido por temor a que los mismos opresores regresen y los maten.
Se habla del holocausto porque se buscó el exterminio no solamente de sus descendientes, sino también de la lengua y sus costumbres.
Hoy, a 95 años de lo ocurrido el 19 de julio de 1924, y hasta ahora con una sola sobreviviente de lo que ocurrió, (recientemente se dio con Rosa Grillo, una mujer que fue testigo del hecho cuando era apenas una niña), se pretende encontrar los restos de aquellos moqoit, qom, mocovíes y algunos criollos que intentaron resistirse en una reducción reclamando por mejores condiciones laborales y fueron masacrados por el Estado argentino.
En el marco de un juicio por la Verdad como crimen de Lesa Humanidad, la jueza federal Zunilda Niremperger autorizó la excavación en la zona donde se cree, se hallan los huesos de las víctimas y por eso, el Equipo Argentino de Antropología Forense, (EAAF) lleva tres semanas trabajando en el lugar.
Es que con las Excavaciones se daría por concluida la investigación y la Fiscalía requerirá al Juzgado Federal la apertura de un juicio por la verdad, al no existir imputados con vida, con la pretensión de que sea oral y público y con el objetivo de que se dicte una sentencia que reconstruya la Verdad de lo sucedido y establezca las responsabilidades pertinentes.
Primera Línea fue hasta Napalpí para dialogar con algunos pobladores y también con los profesionales que se abocan a las tareas investigativas que pretenden dar luz a uno de los hechos más lamentables del siglo pasado en la provincia.
Colonia Aborigen se encuentra a 9 kilómetros de Machagai, continuando por Ruta Nacional 16. Se debe ingresar a mano izquierda, (yendo desde Resistencia), por un camino de tierra de 7 kilómetros hasta encontrarse con un cartel que indica “Masacre de Napalpí a 800 mts”.
Previo a eso se atraviesa un cementerio ubicado en cuatro bocas que desembocan a cuatro destinos diferentes. Según una pobladora, en el cementerio, se encuentra enterrado el padre de su suegra, que fue un sobreviviente de la masacre y que falleció de viejo, con una bala incrustada en uno de sus brazos, producto del ataque.
El trabajo en las zonas donde podrían estar los restos
El equipo se encuentra trabajando actualmente sobre el Lote 39 al que denominan “la matanza”. Hasta el momento realizaron tres excavaciones, aunque cada día y gracias al diálogo que se mantiene con los lugareños, se puede avanzar en otras zonas buscando los vestigios de lo sucedido.
Silvana Turner, coordinadora del EAAF, dijo que “estamos realizando búsquedas de fosas comunes en base a los testimonios y los relatos orales de los familiares que han podido guiarnos en un área que es extensa, por lo tanto las búsquedas requieren también prospecciones de la misma forma o cubriendo áreas bastante amplias en superficie”.
“Estamos cumpliendo con la tercer semana de trabajo en donde se han seguido las indicaciones por la gente que ha informado, que no son testigos directo de lo transcurrido y hemos avanzado prácticamente en tres áreas o zonas, que no se han agotado necesariamente sino que se han excavado de forma parcial y sobre las cuales vamos a seguir buscando. Como el paisaje ha cambiado mucho, era una zona forestada o de monte, ahora está bastante limpia y obviamente las referencias cambia”, indicó.
Actualmente trabajan con una retroexcavadora que hace sondeos de búsqueda para hallar anomalías o una alteración en el subsuelo. Una vez que eso es ubicado, ya se excava de forma mucho más delicada o minuciosa mediante una técnica arqueológica, denominada etapa de campo.
En caso de hallar alguna evidencia, (restos óseos), “el material es trasladado a nuestro laboratorio que está en Buenos Aires para ser analizado, básicamente lo que se intenta es poder analizar el perfil biológico de las víctimas, si eran hombres, niños, adultos y tratar también de dar información sobre la causa de muerte, si se pueden observar lesiones, si se puede recuperar evidencia balística”, mencionó.
Esta es la primera vez que el EAAF trabaja sobre un caso de pueblos originarios. Están trabajando hace ya un poco más de un año y con el aporte de la unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía de Resistencia, con el doctor Diego Vigay que los contactó justamente para ver la posibilidad de que aportara para lo que se pretende, promover un juicio por la verdad.
“Con él empezamos analizando lo que llamamos la etapa previa o preliminar, analizando la información, haciendo alguna visita aquí para conocer la voluntad de la gente, para conocer los sitios y planificar esta etapa, que es la de campo. Vamos a seguir con la búsqueda, seguramente la próxima semana, donde se va cumpliendo ya el primer mes de trabajo que era en principio la etapa planificada, pero de haber un hallazgo, ya se replanteará también el trabajo”, sentenció.
Fuente y Fotos: Diario Primera Linea