#NiñasNoMadres: cada tres horas una se convierte en madre

Los números de la Secretaría de Salud muestran un alarmante aumento de casos en chicas de entre 10 y 13 años. Un contexto que naturaliza los casos y hasta los oculta

En Argentina, cada tres horas una niña se convierte en madre, y el 80 por ciento de los casos, el embarazo es producto de una violación.

En el último año, los casos de niñas menores de 15 años que atravesaban un embarazo invadieron las noticias, no por la rareza del hecho, sino por la circunstancia en las que se les negaba el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo, pese a estar contemplada en la ley.

De los 700 mil nacimientos por año que hay en Argentina, más de 3000 corresponden a niñas menores de 15 años. Según cifras de la Secretaria de Salud, durante 2017, 2493 niñas se convirtieron en madres, 506 tenían entre 10 y 13 años, y 1987 apenas 14. En su mayoría, corresponden a residentes de la provincia de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y Santa Fe.

Para las menores de 15 años, la mayoría de los embarazos son producto de violencia sexual ejercida por integrantes de la familia o del entorno cercano, y generalmente hombres adultos. Así lo señala el informe Niñas y adolescentes menores de 15 años embarazadas del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia.

“Resulta preocupante la naturalización de las situaciones de acoso y coerción por parte de las adolescentes así como la actitud de descreimiento, ocultamiento y culpabilización por parte de sus familias. En determinados contextos, las niñas y sus madres no cuentan con herramientas para identificar y comunicar a los organismos del estado las situaciones de abuso sexual”, confirma el estudio Embarazo y Maternidad en Adolescentes y menores de 15 años elaborado por Unicef Argentina, haciendo hincapié en que cada tres horas una nena de entre 10 y 14 años tiene un bebé, y el 80% de los casos de estos embarazos son producto de abuso sexual intrafamiliar.

“La realidad de las niñas que viven embarazos y maternidades forzadas aún no ha sido visibilizada con la fuerza que amerita. Hasta la fecha, su situación queda englobada en las cifras y diagnósticos sobre embarazo y maternidad adolescente, a pesar de que tanto las causas como las consecuencias de los embarazos en niñas pequeñas son, en su mayoría, diferentes a las de las jóvenes”, describe el informe Niñas madres. Embarazo y maternidad infantil forzada en América Latina y el Caribe del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem).

En el mismo estudio, se define el embarazo infantil forzado como aquel que tiene lugar “cuando una niña (menor de 14 años) queda embarazada sin haberlo buscado o deseado y se le niega, dificulta, demora u obstaculiza la interrupción del embarazo”.

El artículo 86 del Código Penal establece que las niñas y mujeres pueden acceder a la interrupción legal del embarazo (ILE) si la gestación es producto de una violación o si pone en riesgo la vida o salud de la mujer. Sin embargo, la mayoría de las menores que atraviesan embarazos no deseados son obligadas a parir contra su voluntad, y sus derechos son vulnerados sistemáticamente.

Una de las principales barreras con la que se encuentran las niñas es la dificultad para acceder al sistema de salud, y cuando lo hacen, los médicos objetores de conciencia.

En 2012, un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación estableció que en casos de violoación o riesgo de vida de la madre el Estado debe disponer a quien lo solicite las condiciones para no continuar el embarazo. Por su parte, en 2015 el por entonces Ministerio de Salud publicó un protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo.


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