El ex pediatra del Hospital Garrahan Ricardo Russo fue condenado este miércoles a 10 años de prisión e inhabilitación perpetua por «tenencia, distribución y producción» de pornografía infantil.
En la sentencia, que fue dictada por el juez Gonzalo Rua, titular del Juzgado Penal, Contravencional y de Faltas N°6 de la Ciudad, en una sala que estuvo colmada, el magistrado afirmó que «se ha comprobado» que Russo «tenía 999 archivos de abusos y explotación sexual y agregó: «Son muchas las víctimas, aunque usted no sea el culpable directo. Pero sí es responsable de no haber protegido la intimidad del menor».
«También he concluido, luego de cotejar con peritos, que usted también ha producido material fotográfico con fines claramente sexuales, y no se trata de fines científicos o docencia o para un congreso, como usted invocó. Me refiero a fotografías tomadas por usted en el Garrahan el 24 de noviembre de 2015 y el 30 de agosto de 2018, y de otras imágenes en otro consultorio», detalló el juez, quien leyó los argumentos antes de anunciar la condena.
Y añadió: «Tampoco lo dejó acreditado en la historia clínica de las pacientes ¿Por qué no lo dejó asentado allí, siendo usted detallista y observador, como nos dijo aquí? Usted se aprovechó de la relación asimétrica entre médico y paciente».
Juicio contra el pediatra del Garrahan Ricardo Russo (Maxi Failla).
«No se ha afectado el derecho a la privacidad» durante la investigación, enfatizó el juez, quien remarcó que durante el proceso se recolectó «una innumerable cantidad de prueba».
«No tengo dudas de que fue usted Ricardo Russo quien descargó los archivos de explotación sexual y de abuso sexual infantil. No solo fue usted sino que sabía cómo funcionaba la plataforma eMule. Además de que fueron detectados en sus tres computadoras secuestradas», puntualizó el magistrado.
Y continuó: «Usted sabía qué contenían esos archivos y lo he podido comprobar porque los testigos aseguran que el día del allanamiento en su casa, el 22 de noviembre de 2018, usted le dijo a los Gendarmes: Por favor no le digan los motivos a mi mujer».
Rua sostuvo, mirando fijo a Russo, «usted sabía lo que buscaba por la cantidad de búsquedas realizadas: 17.078 veces», y añadió que «todas búsquedas sobre el mismo tema, explotación sexual».
En su argumento, el juez también remarcó que «cuando se transfiere o descarga un archivo, ese proceso se advierte en la pantalla», por lo que afirmó: «No creo en lo que usted dice que no sabía. Usted sí sabia que esos archivos quedaban a disposición de terceras personas. Usted sí manejaba el programa eMule».
Y destacó: «Usted facilitaba archivos, pero discrepo levemente con la Fiscalia que usted distribuía. Aunque la gravedad de la conducta es prácticamente igual. Porque se está esperando que un tercero decida tomarlo. La intencionalidad suya, Russo, no modifica su conducta. Si yo pienso en la cantidad de los archivos que estuvieron 6 meses a disposición de terceros, entiendo que hay una intencionalidad de su parte».
En otro tramo de su exposición, puntualizó que entre el 26 de septiembre y el 18 de noviembre de 2018 se comprobó que el pediatra «ofreció, no compartió, 66 archivos de explotación y abuso sexual infantil» con imágenes «aberrantes, grotescas y violentas» que «tenían un mismo patrón: menores de 13 años, por proporción y medidas antropométricas».
En uno de los momentos más fuertes de la audiencia, el magistrado afirmó que el pediatra sabía qué contenían esos archivos que tenía en su computadora y «porque los testigos aseguran que el día del allanamiento en su casa, el 22 de noviembre de 2018, usted le dijo a los Gendarmes:’por favor no le digan los motivos a mi mujer».
En la jornada de alegatos de clausura, realizada el martes, la fiscal Daniela Dupuy había pedido 10 años de prisión y la abogada querellante por el Garrahan, Susana Ciruzzi, había solicitado 13 años. Ambas reclamaron también la «inhabilitación perpetua» para ejercer el cargo de médico.
La fiscal había acusado al médico de distribuir 336 videos de explotación sexual infantil, de tener «con fines inequívocos» de distribución 964 fotos y 68 videos de menores de 13 años realizando actividades sexuales explícitas, y de producir 5 sesiones fotográficas de niñas exhibiendo sus partes genitales.
Por su parte, el abogado defensor, Mario Izquierdo, había requerido la absolución de todos los delitos.
Esos videos encontrados en sus computadoras «muestran horas y horas de bebés y niños abusados en reiteradas oportunidades», dijo Dupuy. «Russo también produjo material con su máquina Nikon y con su Iphone al retratar imágenes en la playa, desde una carpa según advertimos, haciendo zoom en las partes íntimas de las menores», agregó la fiscal.
Parte del material fue -de acuerdo a la acusación- producido dentro del Hospital Garrahan. «Hago foco en la producción de las fotografías que hizo Russo en el consultorio, donde él dice que fueron imágenes tomadas para uso médico. Pero los actos médicos se vuelcan en las historias clínicas. Y no hay nada de eso en las historias clínicas», sostuvo la querella.
En tanto, el defensor del pediatra dijo en su alegato que el fiscal y la querella habían mentido. «Han descripto en esta sala, ante los oídos de todos, cosas horrorosas que nunca sucedieron», señaló.
«Russo es una persona defendible, que se pudo haber equivocado al meterse con una red de internet accesible para todo el mundo, de la que quizás ignoraba algunas cosas… Y sí, él contaba con archivos censurables, pero no los compartió él, las compartió el programa Emule, que lo hacía en fragmentos, no de manera completa», continuó Izquierdo en la audiencia del martes.
Russo tiene 56 años, está casado y tiene dos hijos. Vive en una casa del barrio River, en Núñez, donde transcurrió la prisión domiciliaria monitoreado con una tobillera electrónica.
Ricardo Russo fue detenido en mayo de 2019.
Llevaba 11 años dirigiendo el servicio de inmunología y reumatología pediátrica del Hospital Garrahan y 23 años como médico de la misma institución, que tras la detención del profesional -en mayo de 2019- decidió apartarlo de su cargo.
Por su experiencia, Ciruzzi lo definió como «una eminencia». «Nadie podía sospechar que detrás de esa eminencia ocultaba esta personalidad de depredador sexual que nos produjo conmoción, vergüenza, indignación y mucho dolor», sostuvo la abogada en los alegatos de apertura. Y fue más allá: «Estamos en presencia de una especie Dr Jekyll y Mr Hyde».
Ricardo Russo estudió en Estados Unidos y Canadá.
Russo se doctoró en medicina en la Universidad de La Plata en 1985. Siguió formándose en los Estados Unidos y en Canadá. Es codirector del registro de enfermedades autoinflamatorias de América Latina, y participó activamente en asociaciones internacionales, como las directrices SHARE, el proyecto UCAN-DU, el consorcio INCHARGE y los proyectos SHEPPARD y JAMLess.
Fue detenido en el estacionamiento del propio hospital pediátrico en la tarde del pasado 28 de mayo, seis meses después de que un allanamiento en su domicilio particular diera como resultado el secuestro de material vinculado a la investigación.
El 5 de julio pasado la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas confirmó la prisión preventiva que había sido apelada por la defensa de Russo. No obstante, le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria.
Al hacer uso de sus últimas palabras, el martes, Russo dijo al juez que «jamás» vulneró «el derecho de un niño». Y siguió: «Todas las fotos e imágenes que fui tomando fueron con el consentimiento y la presencia de los padres, quienes me han agradecido haber potenciado y empoderado a los pacientes».
El operativo Luz de la Infancia comenzó en 2017 y ya derivó en cientos de detenciones por pornografía infantil en más de 20 países (Ministerio Público Fiscal).
A la salida de la sala de audiencias, frente a las cámaras de TV, el médico dijo que la acusación en su contra «es un disparate, una locura» y respecto a quienes lo acusan señaló que «han agrandado, inventado, exagerado, magnificado hechos».
Durante el juicio -que empezó el lunes 28 de octubre- expusieron 38 testigos y peritos, 15 menos de lo previsto inicialmente, dado que «el resto de los testigos que ofrecieron todas las partes fueron desistidos por considerarse innecesaria su declaración».