Le donó el riñón a su exesposo para que sus hijas «no perdieran al padre»

Tras el divorcio, mantuvieron el contacto. La enfermedad de Dan llevó a Kelly a hacer un increíble acto de amor.

Cinco años después de su divorcio, Dan Pyatt y su exesposa Kelly Hope tuvieron el desacuerdo más importante de sus vidas. Mientras él estaba en el hospital en espera de un donante de riñón, ella le dijo: «Voy a hacerme una prueba de trasplante».

“Me dijo: ‘No puedo pedirte que hagas eso’”, recuerda Kelly Hope. “Yo solo le respondí: ‘No depende de ti. Es mi decisión. Sé cuáles son los riesgos y lo haré’”, cuenta.

Pero lo que motivó a Kelly no solo fue salvar la vida de su ex sino que sus hijos no perdiera a su papá: “Aunque ya no estábamos juntos, no estaba preparada para que ellos sufrieran la ausencia».

Dan Pyatt y Kelly Hope, el día de su matrimonio. (Foto: Mirror)
Dan Pyatt y Kelly Hope, el día de su matrimonio. (Foto: Mirror)

Dan y Kelly comenzaron a salir a los 18 años y se casaron 13 años más tarde en 2007, pero menos de un año después él fue diagnosticado con un tipo agresivo de enfermedad renal. Mientras esperaban a su segunda hija, la pareja fue advertida de que en 10 años Dan necesitaría un trasplante.

«No hubo problemas renales en la familia de Dan, simplemente tuvo mala suerte», dice Kelly, de 43 años. La donante recordó que su ex siempre estaba cansado y tenía síntomas similares a los de la gripe y dolores de cabeza. Como Dan es taxista en Londres, al principio lo atribuyeron al exceso de trabajo.

«Luego, en un fin de semana en Bournemouth, cuando estaba embarazada en 2008, estaba tan mal que no podía salir de la habitación del hotel». Fueron a un hospital donde una muestra de orina mostró un alto nivel de sangre y fue ingresado para más pruebas. Al principio no pudieron detectar lo que estaba mal. Los médicos llegaron a hablar de leucemia. «Estábamos aterrorizados ”, dice Kelly a Mirror.

Luego, un doctor pensó que podría estar relacionado con los riñones, por lo que Dan fue transferido al hospital Guy para una biopsia y se le diagnosticó nefropatía por IgA en ambos riñones, una acumulación de proteína que inflama y daña el tejido. A la pareja se le dijo que no había cura, pero Dan recibió medicamentos para proteger sus órganos e hicieron cambios en su dieta y estilo de vida.

Kelly Hope antes de la operación. (Foto: Mirror)
Kelly Hope antes de la operación. (Foto: Mirror)

Regresó regularmente al hospital para ser monitoreado hasta que, en septiembre de 2017, le dijeron que su función renal había caído a solo 8%, lo pusieron en diálisis y en una lista de espera de donantes fallecidos.

Fin del matrimonio, pero no de la amistad

Para ese entonces ya se habían divorciado. «No había nadie más involucrado, simplemente no nos entendíamos por más que lo intentamos e intentamos», dice Kelly.

“Al final nos dimos cuenta de que no podíamos seguir. Estábamos haciendo que la atmósfera en casa fuera horrible. No era saludable para los niños, así que ambos decidimos que sería mejor separarnos». Kelly se quedó en la casa familiar en Bromley, en el sudeste de Londres, con sus hijas Billie y Jeanie, mientras Dan se mudó a un departamento cercano.

Pero estaban decididos a no perder la amistad que habían tenido desde la infancia. «Hubo muchas ocasiones en que fue muy difícil, pero hemos sido tan buenos amigos por tanto tiempo que tuvimos que encontrar una manera de hacerlo funcionar».

Después de su divorcio, Kelly no dejó de acompañar a Dan a sus citas en el hospital. “Estaba en diálisis tres días a la semana, seis horas al día”.

«Los médicos comenzaron a hablar con Dan sobre un trasplante, pero él no se sentía capaz de decirles a sus familiares o amigos. Después de un año en la lista de donantes, no habíamos recibido una sola llamada”, cuenta Kelly.

«Se estaba deteriorando mucho y me quedó claro lo que tenía que hacer. Él nunca me preguntó. Yo se lo propuse«. Sin embargo, si bien las pruebas iniciales mostraron que Kelly era una buena combinación de tejidos, su sangre no coincidía.

Un riesgo inesperado

“Teníamos la opción de ir a un grupo de donantes, donde yo donaría a alguien, luego alguien haría una donación a Dan a cambio. «Pero eso solo ocurre dos o tres veces al año sin garantía de una combinación perfecta».

Se les estaba acabando el tiempo, así que, después de considerar los riesgos, decidieron un trasplante incompatible con la sangre que consiste en eliminar los anticuerpos de la sangre para evitar el rechazo.

“El día de la operación en agosto de 2018 fue muy emotivo. Me senté al lado de Dan por un tiempo, y él me dijo ‘Buena suerte Kel, muchas gracias’”. La operación fue un éxito y Dan fue dado de alta solo cinco días después.

«Salió de allí, se podía ver la diferencia de inmediato», dice Kelly. Con Dan con un tratamiento médico, pasaron una feliz Navidad en familia con sus niñas, ahora de 16 y 11 años, e incluso disfrutaron de unas vacaciones en Francia.

“Todos nos dicen: ‘¿Seguramente volverán a estar juntos ahora?’ pero todo esto nos acercó de una manera diferente «, insiste Kelly.

“En el hospital nos dijeron que nunca habían tenido una donación de un ex, pero es que cada relación es diferente. Cuando nos separamos pudimos salvar las mejores partes de nuestra relación y reconstruir nuestros lazos a partir de eso”, asegura con orgullo.

«Puede que no estemos casados ​​ahora, pero todavía somos una gran familia y tuve que hacer ese sacrificio para mantener a nuestra familia unida», indica.

En cuanto a Dan, todavía está abrumado por el gesto extraordinario de su exesposa: “Fue realmente un acto desinteresado, arriesgar tu propia vida para ayudar a alguien más es increíble. Kelly siempre será mi héroe».

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