El aumento en el uso del derivado de la hierba para el tratamiento de diversos problemas de salud tiene un falso sustituto hecho «a base de aceite de oliva con gotas de morfina, una droga altamente adictiva y peligrosa»
En los últimos tiempos se viene difundiendo con fuerza la capacidad del aceite de cannabis para el tratamiento de diversos problemas de salud, incluso cuadros de extrema gravedad. Popularmente se instaló su utilización para aliviar dolores crónicos de cintura, espalda, rodillas y cuello, entre otros, y el sector de la población que más consume la sustancia pertenecen a la tercera edad. Ahora, una investigación realizada por una organización no gubernamental comprobó que en la enorme mayoría de los casos lo que se comercializa son frasquitos que contienen aceite de oliva con algunas gotas de morfina. Se trata de una peligrosa estafa, que puede derivar en consecuencias fatales.
«Hicimos un trabajo de campo en todo el país, porque la realidad es que el aceite de cannabis es requerido en toda la extensión de la Argentina. Nos encontramos, entre otras revelaciones, con esta situación, muy grave para la salud de la población, porque lo que se vende no es aceite de cannabis, que tiene un costo de 300 dólares el frasquito, sino una sustancia hecha a base de aceite de oliva con gotas de morfina, que como se sabe es una droga altamente adictiva y peligrosa. Las autoridades sanitarias deben encender todos los alertas porque se está vendiendo mucho y en cualquier lado, sin controles», dijo Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina, a cargo del estudio.
Para el experto, «es importante aclarar que se ha difundido como postulado que el aceite de cannabis quita o alivia dolores de las personas problemas crónicos, entonces con toda lógica tratan de ubicarlo, comprarlo y finalmente utilizarlo para frotar la sustancia en esas zonas que tienen afectadas».
«Es inevitable que las personas busquen cualquier medio para sacarse el dolor de encima. Y esto se cruza con la realidad de que hay personas que no vienen explicando con claridad de qué se trata de aceite de cannabis. En realidad, lo que se produce en otras partes del mundo, y no en Argentina, es aceite de canabbidiol, que tiene un costo de alrededor de 300 dólares el frasco porque su refinamiento requiere de muchos recursos. Obviamente, el aceite verdadero es importado. Y como en Argentina no se hace, lo que buscan los inescrupulosos es aprovechar la buena imagen que tiene el aceite y fabrican sustitutos. Surge que mezclan aceite de oliva con gotitas de morfinas, nada menos. ¿Quién controla esto? Nadie», dijo Izaguirre.
No es todo el problema. De acuerdo al trabajo que realizó la organización, en palabras de Izaguirre, «muchas personas que cultivan marihuana también han encontrado un negocio al extraer aceite de las hojas de sus plantas, pero en realidad lo que logran reducir es el THC, es decir, el componente más dañino, que provoca alucinaciones y adicción, muy lejos de cualquier alivio para dolores».
De adultos a chicos
«Quienes más padecen de estos engaños son las personas adultas mayores, que tienen muchos problemas con dolores crónicos en la cintura, el cuelo, la espalda, las rodillas y otras zonas del cuerpo. Se tiene que prestar mucha atención a esta situación descontrolada, porque la morfina puede causar accidentes cerebro vasculares o incluso más serios», dijo el experto.
Asimismo, señaló que «también hay familias que compran lo que creen es aceite de cannabis cuando en realidad es una sustancia peligrosa, y se la terminan aplicando hasta a los chicos, que de esta forma reciben dosis de morfina en su organismo, con todo lo negativo que esto puede implicar».
«Las consecuencias son graves. El consumidor de morfina se vuelve adicto, entonces para sacarlo de ese esquema requiere de alternativas como metadona. Es un espiral tóxico, muy oscuro. Lo que viene sucediendo pone en riesgo la salud y la vida de muchas personas», cerró Izaguirre.